Woodns nunca fue un retratista real, a pesar de haber pasado varios días en ese tipo de actividad y de haber vendido varios. Muchas veces durante el verano, estaría junto a la base y una silla vacía en la más concurrida por los turistas y por allá, por poco dinero, se dedica a la vertical. Observación, esas pinturas caras carecía de la mayor parte del tiempo la característica especial que debe poseer este tipo de marco, es decir, casi la perfección de la similitud.
A veces se ha criticado por esa deficiencia, y luego se defendió diciendo: "Si quieres una imagen, vaya al fotógrafo." En cierto modo, puede que ni siquiera pudieron ponerse de acuerdo con él, porque de hecho el artista que ve a su manera, tal vez, es capaz de capturar los aspectos y expresiones que escape de los simples mortales. Esto es exactamente lo que se dijo en el día de su funeral. El párroco, don Renato, que había estado a su retrato, que basó su homilía sobre este mismo tema. Haciendo hincapié en que su efigie, a primera vista, no la perfección el modelo de sus características, pero agregó que se dio cuenta después de un análisis más detallado, teniendo en cuenta la extensión del ojo, que el diseño era muy similar, o aún más. Interpretado perfectamente lo que es más profundo, los rasgos ocultos de su alma. El robot perfecto de lo que nosotros, con nuestras diarias mil máscaras, tratamos de ocultar. Y esa es nuestra verdadera esencia
En contraste, expertos en arte, juzgan sus retratos, entre todas las obras que nos ha dejado, el más sublime.
