Fin del viaje

Rompió el silencio...

 

 

Durante el invierno de 2007, Woodns sentía muy cansado y fue golpeado por una serie de dolencias sin fin, con el fin de convencerlo de hacer una serie de pruebas clínicas. Cabe señalar que, en cuanto al trabajo con los hospitales, los centros médicos y las medicinas no tenía absolutamente una buena sensación. Durante años saltó comprueba regularmente que su enfermedad de base (hipertiroidismo) sistemáticamente le obligaba a hacer. Y no sólo en raras ocasiones tomaban drogas, realmente necesarias para su cuidado. Pero esta vez era diferente, humildemente convencido. Cuando llegaron los resultados de la prueba, con un cuadro clínico muy alterada, se fijó un especialista. Cita fijada para el mes de febrero de 2008, en un hospital local.
Ese día el médico, teniendo en cuenta los informes, propuso la hospitalización inmediata. A través de los largos pasillos que lo separaban del departamento, pronunció ni una palabra. Mismos cambios de escena durante las etapas previas a la admisión. Acoplamiento de la unidad de hospitalización, se le invitó a quitarse la ropa. En frente del gabinete, el artista, agarró su camisa, llevando ambas manos al pecho y en lugar de slacciarla, de un tirón, me volaron todos los botones. Un gesto de cólera e impotencia frente a la enfermedad, o sólo el presagio de un destino funesto. A la mañana siguiente, el hijo, que trabajaba en el mismo hospital, fue a visitarlo. Para su sorpresa, lo encontró completamente vestida. Él estaba listo para una nueva evasión, definitivamente quería volver a casa. Tuvieron que sudar poco convencerlo para quedarse. Volvió a su casa alrededor de una semana más tarde. El pronóstico, por desgracia, era muy pobre. Sólo tenía unos pocos meses de edad. Ni él ni Graziella se decía explícitamente. Le dije que es una enfermedad grave, crónica y que requiere de atención para el resto de la existencia.
Ese día le preguntó al hijo de luces en la esperanza de vida. En respuesta ambigua, el hijo le dijo: "Podría ser de veinte años, así como unos pocos meses", y luego, porque no quería mentir a todo, añadió: "Por desgracia, es una enfermedad insidiosa, cada día es un regalo".
Tomó nota de que, repitiendo en voz alta que la última frase, como si quisiera señalar, con un fuerte sentido de resignación. Pero él todavía recibió una promesa de los niños: ambos son enfermeras le habría importado tanto como sea posible en su hogar, evitando cualquier nueva hospitalización. ¿Qué le consoló, y sabiendo que el ciclo, debe someterse a infusiones, preparados a la cabecera de su se destaca que se utilizará como apoyo para perfusión intravenosa. Apoyo, que se usa sólo en el último día. Pese a las promesas, todavía tenía que ir a la clínica, como fármacos útiles (sangre) no estaban disponibles fuera del hospital. Fue sólo un par de veces. Las condiciones generales, de hecho, se deterioró rápidamente. Llegó una mañana de abril y fue acompañado en el Día-Hospital para una revisión. Estaba muy cansado y todo el mundo entiende que quizás ésta sería la última salida. Una salida que, a pesar de que carecía de las fuerzas, se enfrentó con dignidad extrema. Él no quería ayuda de nadie, ni siquiera para ir por las escaleras, lo hizo paso a paso, con terquedad y obstinación aún mayor que los sube, cuando regresó a casa.
Fue una batalla entre su mente todavía brillante y su cuerpo, una vez tan poderosa y obediente, que en ese momento se negó a realizar las funciones más básicas. Una disputa que duró dos días. Y dos noches sin fin. Sucedió justo esa noche, levantarse de la cama para ir al baño, se cayó y no pudo levantarse. Él consiguió ayuda y regresó a la cama. Desde entonces se cerró en silencio. Al mismo tiempo, comenzó un baile incesante, en un intento de levantarse, pero las piernas no le apoyaría. A veces interrumpió la pelea, soltando de nuevo en la cama y dando la impresión de estar agotado, pero poco después ritentava la salida. Su tenía mucho que hacer para manejar una situación tan terco que duró unos cuarenta y ocho horas. Hecho que también dejó espacio para algún interludio imitó. El más importante de estos interludios sucedió anoche: boca abajo en la cama, el lugar como si estuviera arrodillado frente a un arroyo, con su mano derecha empezó a beber el agua de elevación poniendo su boca, assaporandola y dando la impresión de que era realmente dissetandosi, como si realmente attingesse una fuente pura, y beneficiarse de, y alivio.
Al final de esa noche larga y turbulenta, aunque agotado, aún podía elevar las ambiciones no habían terminado. Cuando el sol empezó a asomarse dentro de la habitación, fue al otro hijo. Ahora sus seres queridos estaban todos presentes. Corrió de nuevo al borde de la cama, ayudó, se sentó y trató de pararse sobre sus propios pies una vez más: solo y sin apoyo. Un intento vano. Fue entonces cuando le entregó su caballete de apoyo, se aferró a ella, y la recolección de todas las fuerzas en un esfuerzo extremo, casi logró levantarse, pero de repente, la energía fue menor, se dejó caer sobre sí mismo, va a la cabeza golpes en el stand y consiguiendo una herida en la frente. Eso fue realmente la última prueba. Vuelve a la cama, se rompió por un momento de silencio que rápidamente pronunciar las últimas palabras: "Muero, muero". Luego se calmó. La muerte le había llegado poco después de las dos de la tarde de aquel abril 9, 2008.

Le había alcanzado poco después de las dos de la tarde


Se interrumpió por un momento que rápido de palabra, pronunciando las últimas palabras ... Entonces se calmó.

El goteo de última


Lo intentó una vez más para levantarse ... en un vano intento ... a continuación, le entregó su caballete en apoyo ...

Ondina

Se puso de rodillas con la mano derecha y empezó a beber el agua ... como si levantar attingesse realmente una fuente pura.


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